¿Cuál es verdad, el materialismo o el idealismo?

Publicado originalmente en el GCI Weekly Update del 12 de Octubre de 2016 en From the President

por Joseph Tkach

Un buen amigo mío me habló recientemente sobre su nueva dieta basada en el control de las porciones y en la elección de alimentos saludables, como el tofu. Le pregunté que cómo le iba y él me respondió: “No es por presumir, pero me acabé los alimentos de catorce días de dieta en tres horas y veinte minutos! Luego le pregunté cómo preparaba el tofu, y su respuesta fue: “Primero lo tire a la basura y luego me asé alguna carne”. Señaló que también trató de ejercitarse: “¡Hice el equivalente a una semana de ejercicio cardiovascular al caminar sobre una tela de araña! No sé que te parece a ti, pero a mí me parece que esta comprensión de la dieta y el ejercicio ¡carece de algo!

Hay, por supuesto, otras áreas en las que la comprensión es bastante carente. Vemos esto en la filosofía donde una de las grandes preguntas es esta: ¿Cuál verdad: el materialismo o el idealismo? Aunque ambas ideas y varias formas de las mismas tienen cosas en común, estas dos perspectivas son, en gran medida, polos opuestos que producen debates entre los ateístas, que típicamente abrazan el materialismo, y los teístas, que se puede decir abrazan una forma de idealismo. Los materialistas generalmente creen que todo se puede explicar en relación con la material, que luego se asocia de varias formas. Los idealistas generalmente creen que las ideas, que por definición no son materiales, componen la realidad fundamental, y por ello la única “cosa” que se puede conocer, es la conciencia, que incluye los pensamientos, los ideales, los principios y los valores de una persona.

Los materialistas ven la conciencia como una ilusión. Creen que la mente es meramente el producto de lo que sucede en el cerebro. Supuestamente varios experimentos ha acreditado esta noción, pero ninguno es convincente, especialmente cuando la clave de la “prueba” que se ofrece es que nuestros cerebros funcionan engañándonos a nosotros mismos. Así es como el filosofo ateísta, Daniel Dennett, lo afirmó: “¡La mitad del tiempo nuestros cerebros están engañándonos!” (pincha aquí para su charla en inglés). En tono burlón, yo le ofrezco esta respuesta: “Oficial, mi cerebro me engañó de nuevo. Creí que el semáforo estaba en verde, y que el cerebro de todos esos conductores le estaba diciendo ¡que ellos tenían la luz roja!”. Bueno, dudo de que “mi cerebro me esté engañando”. No creo que podría defender eso en un juicio.

Puede que te interese saber que el asociado más cercano de Dennett, Richard Dawkins, perdió estrepitosamente un debate con tres notables teístas. (Pincha aquí para el debate de Dawkins con John Lennox, aquí para su debate con Keith Ward, y aquí para su debate con Alister McGrath. Para críticas de las posiciones de Dawkin declaradas en estos debates y presentadas en más detalle en The God Delusion-La Ilusión de Dios, ver el libro de Alister y Joanna McGrath, The Dawkin’s Delusión-La Ilusión de Dawkin y el artículo titulado “The Dawkin’s Confusión-La Confusión de Dawkin” del filósofo teísta Alvin Plantinga. Todo este material solo en inglés).

Comentando sobre el origen de nuestra humanidad, el profesor de filosofía, Quentin Smith escribió que “la creencia más razonable es que venimos de la nada, por nada y para nada” [1]. Aunque probablemente no estés de acuerdo con esa afirmación, puede que estés interesado en lo que Smith escribió recientemente con respecto a un importante renacimiento en el campo de la filosofía por el que un creciente número de filósofos está abrazando un punto de vista teista/idealista. ¿Por qué? De acuerdo a Smith es porque los teístas/idealistas han venido ganando los debates con los ateístas/materialistas. De acuerdo a Smith: “Contrario a la opinión popular, Dios no está “muerto” en el mundo académico, regresó a la vida al final de los año sesenta del siglo XX y está ahora vivo y bien en su último fortín académico: los departamentos de filosofía” [2]. Por supuesto, Dios no estaba muerto antes tampoco, aunque muchos se negaron entonces, y ahora, a abrir sus ojos para verle. Durante décadas la mayoría de los filósofos ignoraron el tema de Dios. Las cosas han cambiado ciertamente en la filosofía académica.

Los argumentos filosóficos materialistas y ateístas parecen no confrontar a Dios, ni entran en el camino de lo que él está haciendo para darse a conocer a la humanidad. Peter Berger, un destacado proponente de lo que se conoce como la “teoría de la secularización”, que afirma que cuanto más moderno y tecnológico es nuestro mundo, más secular se convierte. Recientemente abandonó esa teoría, diciendo que él, y casi todos en ese campo, han cambiado sus mentes porque la evidencia lo exigía. Él elabora:

La situación real es que la mayoría del mundo es tan religioso como lo fue siempre. Tienes enormes explosiones de la religión en el mundo… De hecho, se puede decir que cada tradición religiosa importante ha pasado por un periodo de resurgimiento en los últimos treinta o cuarenta años… Todo menos secularización [3].

Aunque no somos materialistas, reconocemos que estamos hechos de material. Creemos que Dios creó la material de la nada (ex nihilo) y luego, como el Maestro Alfarero (Isaías 45:9-12), nos formó “del polvo [barro] de la tierra” (Génesis 2:7). Pero Génesis también dice que, en parte, no somos seres no materiales. Dios nos insufló el “aliento de vida”. Si no existiera Dios, que es espíritu, para insuflar en nosotros ese “aliento” inmaterial, dador de vida, y luego sosternerlo, o no existiríamos o regresaríamos a la no existencia. Pero existimos porque Dios, la fuente no material, viviente, dinámica y personal de todo ser y existencia, nos dio existencia material junto con una mente no material (conciencia): la habilidad para pensar y razonar, y así poder tener una relación con él.

Esta perspectiva idealista teísta parece estar creciendo en aceptación entre los filósofos que antes eran materialista radicales. ¿No es así como es Dios? Justo cuando parecía que el intelectualismo en bancarrota y el materialismo habían ganado la cima, aparece él con su revelación idealista. Pablo los afirmó así: “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa” (Romanos 1:20). Estoy encantado, que no sorprendido, de que Dios esté dándose a conocer a sí mismo a los materialistas que, en el pasado, intentaron negar la existencia (o relevancia) de Dios.

Mi oración es que aquellos que se están alejando del materialismo y acercándose al idealismo, al teísmo en particular, continúen ese viaje en respuesta a la Palabra y el Espíritu de Dios, y que encuentren la fe en la revelación propia, personal y dadivosa de Dios en Jesucristo. Al hacerlo estarán siguiendo los pasos del erudito de Oxford y anteriormente ateísta, C.S. Lewis.

Por siempre asombrado por la incomparable bondad, conocimiento y poder de Dios.

____________
[1] Quentin Smith, The Uncaused Beginning of the Universe-El Inicio sin causa del Universo, citado en Theism, Atheism, and Big Bang Cosmology-Teísmo, Ateísmo y la Cosmología del Big Bang de William Lane Craig y Quentin Smith, (1993), Pág. 135.
[2] Quentin Smith, “The Metaphilosophy of Naturalism-La Metafilosofía del Naturalismo,” Philo. 4.2 (2001), Pág.197.
[3] Peter Berger, “Six Decades as a Worldwide Religion Watcher: Observations & Lessons Learned”- Seis Decádas como un Observador de la Religión Mundial: Observaciones y Lecciones Aprendidas” Ethics & Public Policy Center, acceso en Internet el 22 de Julio de 2014 en http://eppc.org/publications/berger/.


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