Nuestra historia

La historia de la increíble transformación de la Comunión Internacional de la Gracia

Transformados por Cristo 

La historia incluye dolor y gozo. Cuando hace más de veinte años  Dios guió a nuestro ministerio a embarcase en una profunda transformación teológica, miles de miembros dejaron nuestra comunión, mientras que los demás se regocijaron con un ardor renovado por su Señor y Salvador Jesucristo, y por supuesto lo siguen haciendo hoy.

Una breve historia de nuestro peregrinaje

Al principio de los años 1930, Herbert Armstrong empezó un ministerio que eventualmente se convirtió en una demoninación. Él tenía muchas doctrinas inusuales. Las enseñó de una forma tan entusiasta que más de 100.000 personas asistían a los servicios semanales.  Después de su muerte en 1986, los líderes de la iglesia empezaron a darse cuenta que muchas de sus doctrinas carecían de base bíblica.  Esas doctrinas fueron rechazadas, y la iglesia ahora está de acuerdo con la Síntesis doctrinal de la Asociación Nacional de Evangélicos en los Estados Unidos, o con los de las Federaciones de Evangélicos en los países de Europa, o los de otras partes del mundo donde sirve. Para reflejar esos cambios doctrinales, en abril de 2009, la denominación cambió su nombre a Grace Communion International. Este nombre refleja mejor lo que somos y lo que enseñamos.

Aquí está la historia de cómo se desarrolló la iglesia y cómo ha cambiado.

Capítulo I: Una breve historia de nuestro crecimiento

La historia empezó en Oregón en el 1920. Herbert Armstrong, un diseñador de publicidad impresa, aceptó Jesucristo como su Salvador.  Así lo describe en su Autobiografía: Jesucristo había comprado y pagado por mi vida con su muerte. ¡Pertenecía a él realmente, y ahora le dije que podía tenerla! Desde entonces, esta vida no buena mía, derrotada, era de Dios. No podía ver como podía ser de algún valor para él. Pero era suya para usarla como su instrumento, si pensaba que podía usarla…

Me rendí a Dios en completo arrepentimiento y encontré un gozo inexplicable al aceptar a Jesucristo como mi Salvador personal y mi Sumo Sacerdote. Empecé a ser consciente del contacto y relación con Cristo, y con Dios el Padre.

Cuando leía y estudiaba la Biblia, Dios me estaba hablando, y ahora ¡me encantaba escuchar! Empecé a orar, y supe que cuando oraba estaba hablando con Dios. No conocía a Dios todavía muy bien, pero uno llega a conocer a otro por medio del contacto constante y la conversación continua. Así que continué con el estudio de la Biblia. Empecé a escribir, en forma de artículos, lo que estaba aprendiendo.  

A medida que Herbert Armstrong estudiaba la Biblia llego a un número de conclusiones insólitas. Eventualmente empezó a predicar y a dirigir pequeños grupos de seguidores. Al principio de los años 1930 empezó un programa de radio y una pequeña revista.

Armstrong, a menudo, se centró en áreas en las que sus conclusiones eran diferentes de las doctrinas tradicionales. Eso despertaba interés. Enfatizaba lo inusual, lo que no se había entendido antes. Con su instinto publicitario, creó interés en varias doctrinas predicando cosas que otros predicaban.

Muchas personas no aceptaban sus puntos de vista inusuales, pero persuadió a unas pocas de que las iglesias tradicionales estaban equivocadas, y que él tenía la verdad. Este pequeño grupo apoyó el ministerio en la radio (al principio llamado The Radio Church of God (La Iglesia de Dios en la Radio); después llamado The World Tomorrow (El Mundo del Mañana) y la revista llamada The Plain Truth (La Pura Verdad). Su ministerio estaba con estrechuras económicas pero gradualmente creció a lo largo de la costa oeste de los Estados Unidos.

Traslado a Pasadena, California

En 1947, Herbert Armstrong trasladó su ministerio al sur de California para tener mejor acceso a la industria de la radio. También estableció una pequeña escuela para entrenar a líderes para la iglesia – Ambassador College, en Pasadena.

Como el mensaje se emitía por la radio a lo largo de Norteamérica, las personas  que respondían al mensaje estaban dispersas por todos los Estados Unidos y Canadá. Entonces se enviaron a varias ciudades graduados jóvenes del Colegio Ambassador para reunir a los creyentes  en pequeñas iglesias.

La iglesia creció rápidamente en las décadas de 1950 y 1960. El programa de radio empezó a emitirse en Inglaterra, Australia, Filipinas, Latino América y África. Se abrieron oficinas de la iglesia en numerosas naciones alrededor del mundo. Se cambió el nombre de la iglesia de “Radio Church of God” a “Worldwide Church of God” (Iglesia de Dios Universal).

Pero el crecimiento empezó a decrecer en la década de 1970. Cristo no regresó en 1975, como muchos pastores habían especulado. Se cambiaron algunas doctrinas secundarias, debilitando el respeto de algunos miembros a la precisión doctrinal de Armstrong. El hijo de Armstrong, ya fallecido, considerado ampliamente como su aparente heredero, fue acusado de conducta inapropiada, y eventualmente dejó la iglesia con algunos miles de miembros para formar una iglesia diferente.

Sin embargo, muchas personas continuaron siendo atraída por el estilo y las enseñanzas de Herbert Armstrong, y la iglesia continuó creciendo hasta que él murió en 1986 a la edad de 93 años. Dejó una denominación de 120.000 fieles en asistencia cada semana. El ingreso anual rondaba cerca de 200 millones de dólares. La circulación de la revista, hasta en siete lenguas diferentes,  superaba los diez millones cada mes, y el programa de televisión era uno de los dos programas religiosos más populares en los Estados Unidos.

Doctrinas no ortodoxas

Como Armstrong criticó el cristianismo tradicional atrajo criticismo también. Muchas personas consideraban que era un líder de una secta herética. Hoy, los líderes de esta denominación rechazan los errores doctrinales de Armstrong. Reconocemos que nuestros errores eran profundos y serios, pero Cristo, por su gracia y amor, nos ha rescatado de ellos.

Ahora vamos a explicar la mezcla doctrinal que hizo que Armstrong fuese interesante y no ortodoxo al mismo tiempo.

Tres doctrinas fueron decisivas en la conversión de Armstrong: 1) Dios es el Creador, 2) La Biblia es verdad, y 3) La Biblia no cambia el sábado por el domingo. Fue guiado a esta tercer doctrina por un miembro de la Iglesia de Dios (Séptimo Día), un pequeño grupo que tiene algunas similitudes con los Adventistas del Séptimo Día.

Armstrong deseaba obedecer a Dios, y él vio en las Escrituras que Dios mandó a su pueblo que guardara el séptimo día como un Sabbath. Aunque la mayoría de los cristianos no guardan el séptimo día, ninguno fue capaz de demostrarle que Dios autorizara a su pueblo a cambiar o ignorar este mandamiento. Armstrong sintió que tenía que elegir entre la Biblia y la tradición, y eligió la Biblia.  Sin embargo, él no tenía la preparación de ningún seminario, ni ningún estudio disciplinado de la historia de la iglesia, interpretación bíblica o sobre las lenguas originales de las Escrituras.

Razonó que si el cristianismo tradicional podía estar errado sobre un tema tan importante, quizás estaba equivocado en otros también. Armstrong se convirtió en un escéptico de toda la tradición cristiana, ya que no pudo encontrar prueba bíblica para muchas doctrinas tradicionales. Esta animadversión contra la ortodoxia tradicional se convirtió en parte de la cultura de la iglesia, y fue un gancho publicitario que capturó el interés de muchas personas.

Él tuvo un gran respeto por las Escrituras. Si la Biblia lo decía, estaba dispuesto a predicarlo, sin importar lo difícil que fuese. Su celo era encomiable, y su respeto por las Escrituras hacía su mensaje más creíble. «No me crean a mí», decía a menudo, «crean la Biblia. Quiten el polvo de su propia Biblia y lean lo que dice». Muchas personas se sorprendían de lo que encontraban al ser guiados por los escritos de Armstrong.

Creyó que Jesús es Dios, pero normalmente le dio mucho mas énfasis a Dios el Padre. Enfatizó el papel de Dios como Dador Legislador, como Uno que tiene que ser obedecido.

Aceptó a Jesús como Señor y Salvador, como sacrificio por nuestros pecados, como divino. Pero no tenia la preparación teológica para saber como reconciliar el hecho bíblico de que Jesús es Dios y el Padre es Dios, y sin embargo hay un solo Dios. Erradamente enseñó que Dios era una familia, y que el Padre y el Hijo eran dos seres en esa familia, y que cuando los seres humanos resucitaran serían miembros de la Familia de Dios.

No vio prueba bíblica de que el Espíritu Santo fuese una persona distinta, y por ello enseñó que el Espíritu era una fuerza impersonal. En esto su enseñanza era similar a la de los Testigos de Jehová, pero no hay evidencia de que obtuviera su doctrina de ellos. Este punto de vista antitrinitario había circulado en varios grupos.

Armstrong predicaba que la salvación es por gracia por medio de la fe en Jesucristo, pero también destacó la necesidad de obedecer a Dios. El énfasis en guardar la ley formó otro componente importante de la cultura de la iglesia.

Creía que si una persona ama a Dios, obedecería sus mandamientos. Si una persona no guarda el sábado, concluyó, entonces esa persona no ama a Dios. Desafortunadamente, consideró el sábado como el «mandamiento de prueba», en efecto, un requisito para ser considerado un verdadero cristiano. Otras iglesias eran falsas, hijos del diablo.

Además del sábado semanal, Armstrong observó siete sábado anuales, basado en Levítico 23. Los miembros de la iglesia también evitaban el cerdo, los mariscos y otras carnes (Levítico 11). Daban un diezmo para apoyar el ministerio, usaban otro para guardar los sábados anuales, y en algunos años daban a la iglesia un tercer diezmo para los miembros necesitados. Los requerimientos financieros eran altos, pero las personas estaban dispuestas a guardarlos. Donde está el tesoro de una persona, ahí estará también su corazón. Los miembros de la iglesia tenían sus corazones en la iglesia y en su obra.

Armstrong enseñó que el arrepentimiento conllevaba un cambio de conducta, que el cristianismo era  un camino de vida. Se centró principalmente en prohibiciones. A los miembros de la iglesia no se les permitía votar, prestar servicio militar, casarse después del divorcio, ir a los médicos, usar maquillaje o celebrar la Navidad, el Día de Resurrección y los cumpleaños. Este énfasis en reglas, significó que la gracia casi nunca se mencionaba. Muchos miembros eran legalistas en su relación con Dios y juzgaban a otros cristianos.

Se consideraba a sí mismo como el apóstol de Dios dirigiendo a la única iglesia verdadera. Tenía la autoridad suprema doctrinal. Si alguien era desleal, lo más probable es que fuese expulsado de la relación eclesial. (Legalmente, Armstrong estaba bajo la autoridad de la Junta Directiva, pero siempre apoyaba sus decisiones).

También tenía muchas ideas inusuales sobre profecía, y estas pueden que fuesen las doctrinas más atractivas de todas. Enseñó que los Estados Unidos y Gran Bretaña eran los descendientes modernos de las diez tribus del norte de Israel, y que muchas profecías bíblicas se aplicaban por lo tanto a los pueblos anglosajones. Se veía a sí mismo como un cumplimiento de la profecía del tiempo del fin, con un mensaje de advertencia para los pueblos «israelitas».

La Gran Tribulación empezaría pronto, advirtió en los años 1930, en los 1940, en los 1950, en los 1960, en los 1970 y en los 1980, pero la buena noticia era que Cristo regresaría pronto y gobernaría durante mil años. Esta predicción era tan importante para él que se convirtió en el centro del evangelio. Fue la razón por la que el programa de radio y de televisión se llamara «El Mundo del Mañana». La utopía futura era la buena noticia.

Obviamente, hay muchos errores doctrinales en esta lista, y no los describiríamos como errores al menos que comprendiésemos porqué eran tales. Nos hemos esforzado para dar a conocer a nuestros miembros donde estábamos errados, y nosotros decimos «nosotros» honestamente porque los líderes actuales de la iglesia una vez creyeron y enseñaron esas doctrinas erradas. Hemos criticado a otros cristianos como falsos, engañados, hijos del diablo.

Tenemos mucho por lo que pedir disculpas. Sentimos profundamente que persiguiésemos a los cristianos verbalmente y creásemos disensión y división en el cuerpo de Cristo. Buscamos perdón y reconciliación.   

Capítulo II: Una década de doloroso cambio

La mayoría de nuestra base doctrinal era falsa, y sin embargo, parte de ella era verdad. Algunos de nuestro miembros procedían de otras denominaciones, pero otros eran personas que no iban a ninguna iglesia y que tenían muy poca experiencia cristiana. Las personas venían a Cristo, aceptaban su muerte por sus pecados, y confiaban en él para la salvación. Muchas vidas fueron transformadas del pecado y el egoísmo al servicio y la humildad. Existía un germen de vida más abajo de la costra de las doctrinas erradas.

Después de la muerte de Herbert Armstrong ese germen de vida empezó a crecer, rompiendo la costra que la había mantenido escondida. Se necesitaron muchos años y muchas lágrimas. He aquí la historia:

Joseph Tkach, padre

En 1986, poco antes de fallecer, Herbert Armstrong designó a Joseph Tkach (pronunciado Te-kach) como su sucesor. Tkach había sido un administrador leal que supervisaba todos los ministros. No tenía el magnetismo personal que tuvo Armstrong, y designó a otras personas para presentar el programa de televisión y escribir los artículos.

La iglesia continuó creciendo lentamente. En 1988, Tkach introdujo cambios doctrinales menores. Enseñó que era permitido ir a los doctores, tomar medicamentos, celebrar cumpleaños y usar maquillaje. Se dio cuenta de que muchas de las especulaciones proféticas, aunque aportaban popularidad al programa de televisión y a la revista, no se podían probar con las Escrituras.

Surgieron también preguntas sobre algunas de las cosas que Armstrong había escrito, y algunos de sus libros fueron retirados de la circulación hasta que más estudios pudiesen dar respuesta a las cuestiones. Algunos miembros se molestaron porque la iglesia ya no estaba enseñando las mismas cosas que Armstrong había enseñado, y en 1989 varios miles de miembros dejaron la iglesia para formar otra diferente que preservara las doctrinas de Armstrong.

En 1990 la iglesia alcanzó 133.000 personas en asistencia semanal. Se hicieron más cambios doctrinales a medida que Tkach se daba cuenta de que más creencias inusuales de Armstrong, aunque sinceras, no eran bíblicas. El foco del evangelio es Jesucristo y la gracia, no profecía o el milenio. Los recortes presupuestarias empezaron a afectar al programa de televisión. Más literatura de Armstrong se suprimió o fue editada.

En 1991, Tkach revisó la explicación de lo que significa nace de nuevo, notando también que los seres humanos nunca se convertirían en Dioses. También anunció un estudio sobre la identidad moderna de las diez tribus perdidas de Israel y aceptó la divinidad del Espíritu Santo. La membresía, la asistencia y los ingresos empezaron a disminuir paulatinamente. En 1992, un ministro destacado y otros pocos miles de miembros se fueron para formar otro grupo disidente más.

En 1993, la iglesia aceptó la doctrina de la Trinidad. Declaró que la cruz no es un símbolo pagano, que no es pecado tener ilustraciones de Jesús y que los cristianos pueden votar. Tales cambios pueden parecer insignificantes para la mayoría de los cristianos, pero cada cambio era importante para los miembros porque cada uno de ellos atacaba creencias sostenidas con vigor sobre cómo debemos expresar nuestra devoción a Dios. Nuestra identidad se basaba en como éramos diferentes a otros, así que cada cambio tenía que ser explicado con las Escrituras y también por qué las explicaciones previas no eran correctas.

En 1994 se canceló el programa de televisión y los empleados fueron despedidos. La iglesia también explicó a los miembros que había verdaderos cristianos en otras denominaciones.

El cambio más traumático llegó en diciembre de 1994: Tkach anunció que los cristianos no tenían que guardar las leyes del antiguo pacto, tales como los sábados semanales y los anuales, el segundo y tercer diezmo, abstenerse de comer cerdo y mariscos. En muchas formas, el Día de Reposo (el Sabbath) había sido la doctrina fundamental de la denominación, así que fue el cambio más grande de todos.

Muchos miembros no aceptaron estos cambios. Después de décadas de entender su identidad como cristianos en términos de guardar el Día de Reposo, y después de haber hecho muchos sacrificios para poder guardarlo, no podían aceptar fácilmente la idea de que en realidad no importaba. [Haz click aquí para leer nuestra enseñanza actual sobre las leyes del Antiguo Testamento]

En 1995, cientos de ministros y 12.000 miembros dejaron la iglesia para formar una denominación diferente. Miles más dejaron de asistir a cualquier iglesia y muchas congregaciones se quedaron con la mitad de los miembros que tenían antes. Los ingresos de la iglesia cayeron otro 50 por ciento y cientos de empleados fueron despedidos. Amigos y familias se separaron. Fue un tiempo de angustia y depresión.

Algo inesperado sucedió también: Muchos miembros, después de esforzarse para entender los cambios doctrinales, empezaron a experimentar un nuevo sentido de paz y gozo por medio de una fe renovada en Jesucristo. Su identidad era en Él, no en las leyes particulares que guardaron. Los miembros se centraron más en su relación con Jesucristo y aumento también su interés en la adoración. En términos organizativos, los cambios doctrinales tuvieron consecuencias catastróficas. Pero espiritualmente, por la gracia y el amor incondicionales de Dios, fueron la mejor cosa que jamás podría habernos sucedido.

Otro cambio importante ocurrió en 1995: Joseph Tkach, padre, murió después de una breve batalla contra el cáncer. Antes había designado a su hijo, Joe, como su sucesor y la Junta Directiva avaló totalmente su decisión. A final de 1955 se cambiaron otras pocas doctrinas: La iglesia rechazó oficialmente la doctrina de que los anglosajones descendían de las tribus de Israel, y la iglesia permitió celebrar la Navidad y el Domingo de Resurrección.

Joseph Tkach, hijo

Fue una década tumultuosa. Ahora la iglesia tiene menos de la mitad del tamaño que tenía antes. El ministerio de televisión, antes uno de los más grandes en Norteamérica, ya no existe. La circulación de la revista de la iglesia,  Christian Odyssey  www.gci.org/publications/odyssey  tiene ahora menos de 20.000 subscriptores, que sirve como base a nuestra Verdad y Vida  El numero de empleados en las oficinas denominacionales en Pasadena, California, cayó de 1.000 a menos de 40 actualmente. La reducción en ingresos nos forzó a dar de baja en nómina a muchos de nuestros pastores, y fueron designados pastores laicos para las congregaciones pequeñas.

La Universidad Ambassador y el  College se tuvieron que cerrar porque la iglesia no podía subvencionarlas más y ambos campus se vendieron en 2004. Ahora ofrecemos educación para graduados, ya sean miembros o pastores, a través de Internet a través del Grace Communion Seminary. La oficina denominacional está ahora en Glendora, California.

Las iglesias evangélicas han vuelto a evaluar su posición con respecto a nosotros. Uno de los primeros grupos que nos extendieron su amistad fue la Escuela Haggard de Teología en la Universidad de Azusa Pacific. El Seminario Fuller de Teología también ayudó. Grupos que vigilan las sectas religiosas, como el Christian Research Institute felicitó a la iglesia cuando aceptó la doctrina de la Trinidad. En 1995, más evangélicos nos abrazaron como hermanos en la fe. Citamos a la Iglesia Internacional de Foursquare Gospel en particular. Estamos agradecidos por esos primeros gestos de reconciliación.

En marzo de 1996, Joe Tkach escribió un artículo en la revista pidiendo disculpas a los miembros, y todos los que fueron lastimados por las enseñanzas y prácticas erradas de la iglesia. Él pidió perdón y cooperación. También en 1996, Christianity Today publicó un articulo sobre nuestros cambios doctrinales: «From the Fringe to the Fold,» por Ruth Tucker (Págs. 26-32). Yen 1997, la iglesia fue aceptada como miembro de la Asociación Nacional de Evangélicos (National Association of Evangelicals).

Nuestros cambios doctrinales se llevaron a cabo en unos diez año. Fueron tiempos de intranquilidad y reorientación tremenda. Todos tuvimos que volver a orientarnos a nosotros mismos, volver a considerar nuestra relación con Dios. La caída brusca de nuestros ingresos requirió un cambio inmenso en la estructura organizativa, y, de nuevo, no fue fácil ni rápida. De hecho, la restructuración organizativa tardó tanto como lo hizo la doctrinal.

Cada congregación tuvo que organizarse de nuevo. La mayoría con nuevos pastores, sirviendo a menudo sin salario.  Nuevos ministerios se han desarrollado, a menudo con nuevos líderes ministeriales. Las jerarquías han desaparecido y más miembros han asumido papeles activos, a medida que las congregaciones se han involucrado en sus comunidades locales.  Consejos eclesiales locales están trabajando juntos para hacer planes y establecer presupuestos. Es un nuevo comienzo para todos nosotros.

Capítulo III: En una encrucijada

El apóstol Pablo, después de su encuentro con Cristo en el camino hacia Damasco, inmediatamente empezó a predicar que Jesús era el Hijo de Dios (Hechos 9:20). Pero no fue aceptado inmediatamente en el cuerpo de Cristo. Los cristianos en Jerusalén estaban escépticos y fue necesario un reconciliador como Bernabé para traer a Pablo al grupo (versículos 26-27).

Dios tenía grandes planes para Pablo, pero se necesitó bastante tiempo para que esos planes se llevaran a cabo. Pablo pasó tres años en Arabia y muchos más en Tarso. Lo que predicó y a quién llegó, no lo sabemos. Pero debió ser un tiempo para que Pablo aclarara sus pensamientos. Había escuchado los argumentos de los primeros cristianos; conocía bien los argumentos de los judíos que no creían en Jesús, y tenía una evidencia innegable era en realidad el Mesías.

Pablo tenía la ayuda de sus amigos cristianos recién encontrados. Ya sabía lo que estaban enseñando, y le enseñaron más, y sin embargo tenía que pensar más sobre ello. ¿Por qué tenía que morir el Mesías? ¿Por qué los judíos no aceptaron al Mesías que Dios les había dado? ¿Dónde se habían desviado los líderes judíos? Si uno podía estar a bien con Dios bajo las leyes del Antiguo Pacto, entonces ¿por qué tuvo Dios que enviar a su Hijo para morir? Pablo tenía que pensar sobre todas esas implicaciones, pensamientos que luego leemos en las epístolas. Se necesitaron muchos años para hacer la transición de una adoración basada en el Antiguo Testamento, a una fe basada en el Nuevo Pacto.

Pablo, a quien Dios había elegido para ser un misionero a los gentiles, estuvo esperando durante muchos años. Lucas nos dice que Pablo no estaba todavía allí cuando llegaron a la iglesia los primeros gentiles (Hechos 10). Pablo no entró en la escena hasta que muchos gentiles se habían convertido ya en parte de la iglesia en Antioquía (Hechos 11:20-26). Y fue solo después de pasar algún tiempo en Antioquía que Pablo finalmente empezó a hacer la obra misionera para la que Cristo lo había llamado.

Hay algunas semejanzas entre la historia de Pablo y nuestra historia. Tenemos raíces en el Antiguo Testamento, y ahora estamos plantados con firmeza en el Nuevo Pacto. Hemos abrazado la gracia con gozo, y ha habido personas como Bernabé que nos han ayudado a reconciliarnos con otros cristianos, y que nos han enseñado. Y hemos necesitado algún tiempo para entender nuestra identidad y nuestro papel en el mundo cristiano.

No tenemos ningún sueño de grandeza de que lleguemos a ser tan grandes como el apóstol Pablo. No nos imaginamos que lleguemos a poner al mundo boca abajo. No creemos que transformaremos la iglesia como Pablo lo hizo. Pero si esperamos que Dios nos use para predicar el evangelio de Jesucristo. Puede que haya alguna parcela que necesite nuestra experiencia particular. Quizás Dios está preparándonos para situaciones que no existen todavía. No lo sabemos, pero permanecemos listos para responder a la guía de Dios. Enfatizamos la gracia y aceptamos la teología Trinitaria.

¿Por qué existimos?

Cuando nuestras doctrinas fundamentales cambiaron algunas personas afirmaron que ahora solo deberíamos de cerrar nuestras puertas y decirle a todos nuestros miembros que se fueran a iglesias cristianas auténticas. Irónicamente, escuchamos esto no de otras iglesias cristianas, sino ¡de algunos de nuestros propios miembros! Estaban enfadados y amargados de que Armstrong y su iglesia hubiese causado tanto dolor en sus vidas al haberles enseñado doctrinas erradas. Concluyeron que esta iglesia se había levantado sobre falsas premisas y no tenía derecho a existir.

Reconocemos que muchas de nuestras doctrinas eran erradas. Reconocemos que la organización no habría existido sin esas doctrinas, pero no concluimos que Jesucristo nos rescatara como grupo solo para desaparecer. Él ha comprado y pagado por esta iglesia. ¡Le pertenece, y le hemos dicho que puede tenerla! Si es de algún valor para él puede usarla como su instrumento, y estamos felices de permitirle que nos dirija. Nos regocijamos en la relación que tenemos con él, y creemos que ya nos ha guiado a ser útiles.

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Nuestros puntos fuertes como denominación incluyen una consciencia fresca de la gracia, un alto respeto por las Escrituras y una disposición a hacer lo que dice.

Reconocemos que Jesús, como nuestro Salvador y nuestro Señor, nos ha reconciliado con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Nos gozamos en las implicaciones de la teología Trinitaria. [Para leer un folleto sobre ella pincha aquí]

Claro, la historia no se ha terminado. Jesús no ha terminado con nosotros. Dios todavía nos esta formando y preparando para su propósito. Lo alabamos y lo adoramos, y buscamos conocer su voluntad para nuestras vidas.

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Para más información sobre la historia de la iglesia, puede que desees consultar alguno de los libros siguientes:

  • J. Michael Feazell, The Liberation of the Worldwide Church of God. Zondervan, 2001.
  • Joseph Tkach, Transformed by Truth. Multnomah, 1997 – este libro ya no se imprime, pero estará disponible en www.gci.org/aboutus/truth
  • Walter Martin, Kingdom of the Cults. Bethany House, 1998. Las primeras ediciones de este libro se escribieron antes de que se hicieran la mayoría de nuestros cambios doctrinales. La edición de 1998 y 2004 contienen un apéndice documentando nuestra transición a la ortodoxia.
  • George Mather and Larry Nichol, Rediscovering the Plain Truth. InterVarsity, 1997.
  • Ruth Tucker, «From the Fringe to the Fold: How the Worldwide Church of God Discovered the Plain Truth of the Gospel.» Christianity Today, July 15, 1996.

 También puede que desees leer los siguientes atículos:

– ¿Quiénes somos?

– Lo que creemos

– Preguntas frecuentes 


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