Un científico estudia el milagro de la resurrección

Un científico estudia el milagro de la resurrección-Portada

por David Wilkinson

La muerte está frente a nosotros siempre. La inmediatez de los medios nos lleva al corazón de la zona de guerra, al centro de una tragedia o al dolor de la historia individual. Alejados de las noticias, la muerte es una parte normal y esencial en muchas películas.

¿Qué sucede al morir? ¿Es simplemente lo que describió el filósofo Bertrand Russell: «Cuando muera me pudriré»? O, ¿hay algo más como han proclamado las incontables generaciones de creyentes religiosos? Y, ¿cómo saberlo?

Una vez asistí a una conferencia dada por un filósofo eminente. Al final de su muy elocuente y estimulante conferencia sobre el significado de la vida, una joven estudiante le preguntó: «¿Qué sucede al morir?». Su respuesta fue: ‘No lo sé, nunca he muerto’. Fue una respuesta astuta de la que la mayoría de nosotros nos reímos, menos la chica que le preguntó. Ella le forzó de nuevo: «¿Pero cómo podemos comprender la vida si no comprendemos la muerte?». Esta vez él respondió: ‘La única forma de saberlo sería si alguien muriera y luego regresara a la vida para decírnoslo’.

De repente vi el poder extraordinario de la fe cristiana. Los cristianos proclaman que Jesús es tal caso, alguien quien compartió totalmente nuestra vida física pero que fue levantado de la muerte. Es por la vida, muerte y resurrección de Jesús, que los cristianos sostienen, que hay esperanza de vida después de la muerte, y de hecho esperanza para todo el universo físico. Sin embargo eso plantea una cuestión: ¿Sucedió la resurrección realmente o es simplemente una historia que fue creada por la iglesia primitiva? Algunos filósofos han dudado de si la resurrección pudo suceder realmente en un universo donde la ciencia nos dice que los cuerpos humanos decaen y mueren. Aun algunos teólogos han dudado de la resurrección de Jesús. Es como si creyeran que el cuerpo de Jesús permaneciera deshecho en su sepulcro, pero su verdad continuara viviendo.

Como científico tengo que decir que siempre he sido atraído y sustentado en la fe cristiana por la evidencia de la resurrección. No es la única parte de mi fe cristiana, pero ha sido un componente esencial. Lejos de haberme causado duda, este milagro, como uno más entre muchos, la resurrección no sólo me ha dado esperanza para el futuro sino que también me ha recordado que Dios puede realizar milagros en este universo científico.

Considerando la evidencia

La ciencia es, en las palabras de T. H. Huxley, «humildad ante los hechos». Como cosmólogo mirando al extraordinario universo en términos de la teoría de la relatividad y de la cuántica, he tenido que aprender que el sentido común puede ser un tirano no bienvenido. A veces uno tiene que ir con la evidencia aun si no puede comprender totalmente en términos corrientes lo que está sucediendo. La resurrección es un poco así. El milagro de la resurrección cae fuera de nuestra experiencia normal del mundo y está más allá de nuestros modelos científicos corrientes para describirla. Pero podemos preguntarnos si hay buena evidencia de la misma. El filósofo escocés David Hume (1711-1776) dio una crítica clásica de los milagros en los términos siguientes:

a. La credibilidad de los testigos

Hume cuestiona la credibilidad de los testigos sugiriendo que se informa de los milagros por personas sin educación. En términos de la resurrección de Jesús, algunos sugerirán que sólo pescadores simples y mujeres hablaron de ella. Tal objeción no sería válida. Los milagros han sido registrados por personas educadas y sin educación, por aquellos que ya tienen un compromiso religioso, y por los que no. Descartar a todos los testigos de milagros como personas sin civilizar es esnobismo imperialista e intelectual. Hacerlo así en un tribunal de justicia sería como formar un tribunal donde, en lugar de prometer decir toda la verdad, los testigos primero tendrían que recitar los códigos legales en su totalidad para mostrar que merecían serlo. Por supuesto, el testimonio de un testigo adquiere peso de acuerdo a otros factores, pero eso no significa descartarlo. Los testimonios de los pescadores y de las mujeres que seguían a Jesús, y los millones de personas en todas las culturas y formas de vida que testifican de la presencia gloriosa de Jesús, deben ser tomados en serio.

b. La dificultad de los sucesos raros

Hume sugeriría que normalmente vemos que las personas mueren y no regresan después. Por lo tanto deberíamos de poner nuestra confianza en los sucesos comunes no en los insólitos. Sin embargo, ese argumento no es convincente. Decir que creemos sólo en las cosas que han sucedido un número de veces, aunque en la superficie parece ser una afirmación científica, de hecho invalidaría mucha ciencia. Por supuesto, la ciencia busca patrones regulares en el mundo, y la repetición de un experimento es importante. Si un científico logra un resultado particular luego otros tratarán de confirmarlo con el mismo método. Pero no siempre es así de simple. Algunos hechos científicos son irrepetibles, por ejemplo el origen del universo en el Big Bang. Eso ocurrió sólo una vez y la forma de estudiarlo está más relacionado con la historia. Uno no descarta los hechos simplemente porque son inusuales o únicos. Cualquiera que pueda ser el hecho, el científico probará la evidencia e investigará más.

c. Necesito verlo yo mismo

Finalmente, Hume diría que como él no ha visto la resurrección de Cristo, esto supera al testimonio de otros. Pero decir que aceptamos sólo las cosas que experimentamos no es verdad obviamente. ¿Cuántos experimentamos nosotros en realidad? Estamos siempre aceptando el testimonio de otros. Pocos nos preocupamos por demostrar las pruebas formales de las matemáticas, pero aceptamos la aritmética o nuestros extractos bancarios. Usamos lo que es generalmente aceptado. Por supuesto, sopesamos los testimonios de otros por medio de nuestra propia experiencia y por la evidencia que ellos nos dan, pero hay algunos hechos que nunca podemos experimentar nosotros mismos. No tengo que gastar los millones de euros necesarios para construir un acelerador de partículas para mí, antes de aceptar el testimonio de otros que llevaron a cabo un experimento en el que demostraron la existencia de partículas llamadas «quarks» dentro de los protones y los neutrones. Ni necesito probar un motor a reacción por mí mismo antes de montar por primera vez en un avión.

¿Es creíble la evidencia de la resurrección?

Hume y otros pueden ser demasiado idealistas y pesimistas a la hora de comprobar la evidencia. Él tiende a hablar de generalidades en lugar de considerar hechos específicos. Para muchos eventos va a haber evidencia a favor y en contra para una interpretación en concreto. Lo que hacemos es sopesar la evidencia y tomar una decisión. No siempre tenemos pruebas, pero ¿qué?, ¿no es así como es el mundo? Hoy muchas personas descartan la posibilidad de los milagros porque tienen un punto de vista de la ciencia o de la evidencia demasiado simplista. Una perspectiva «científica» mejor sería  considerar seriamente la evidencia a favor o en contra de milagros concretos. La resurrección es la cima de ellos. Estamos de acuerdo que nuestra experiencia normal es que las personas muertas no se levantan a un estado donde nunca morirán de nuevo. ¿Descartamos este milagro basados en esto o estamos dispuestos a cambiar nuestro punto de vista del mundo basados en la evidencia? Para decidir hay que considerar un número de cosas:

1. ¿Cuál es la base histórica y la credibilidad del Nuevo Testamento que registra los hechos de la muerte y resurrección de Jesús?

Muchas personas han descartado los registros como propaganda poco confiable escritos muchos años después de los hechos. Por supuesto, los evangelios fueron escritos con un propósito, y ese propósito no fue sólo registrar hechos históricos sino también presentar las buenas noticias de Jesús. Sin embargo, si basados en eso descartásemos todos los documentos antiguos ¡entonces no quedaría mucha historia! La pregunta no tiene que ser si «sí» o si «no». Los evangelios han superado años de estudio y criticismo y su credibilidad histórica puede ser todavía vigorosamente defendida. Hay diferencias entre los registros de los evangelios con respecto a los detalles de la resurrección, pero lejos de cuestionar su credibilidad, el hecho de ser diferentes la confirma. Si todos fueran exactamente lo mismo, supongo que deberíamos de estar preocupados. Finalmente, como documentos históricos para aquel período, los libros del Nuevo Testamento fueron escritos muy pronto. La Primera Carta a los Corintios fue escrita probablemente no más tarde de 30 años después de la crucifixión. Así, Pablo, escribiendo sobre la resurrección, puede decir a sus lectores que muchos de aquellos a los que se apareció Jesús están vivos todavía 1

2. ¿Cuál es la mejor explicación de la tumba vacía?

Los cristianos que estaban predicando la resurrección en Jerusalén habrían sido rápidamente silenciados si la tumba no estuviera vacía. Un hecho curioso fue que en las tradiciones cristianas nunca hubo registro alguno de veneración de la tumba. Estas cosas parecen indicar una tumba vacía, pero la pregunta real es ¿por qué estaba vacía? Ha habido muchas hipótesis alternativas. Algunos han sugerido que, de hecho, en la mañana de la resurrección las mujeres fueron a la tumba errada. Otros sugieren que los romanos o los judíos robaron el cuerpo. Pero todas estas explicaciones se derrumban ante la consideración de que el camino más fácil de parar el cristianismo incipiente, que tanto los romanos como los judíos querían lograr, era en realidad presentar el cuerpo.

Otros han sugerido que los discípulos robaron el cuerpo, pero esto sin duda no pudo ser así ya que muchos de ellos murieron por su creencia en que Cristo había resucitado. Finalmente, ha habido muchos que han sugerido que Jesús no murió en la cruz sino que sólo se desmayó. Y que en la soledad de la tumba revivió y después convenció a sus discípulos de que había resucitado. Bueno, uno podría creer eso, si estuviera preparado para aceptar que un hombre cruelmente golpeado, exhausto, crucificado, cuya muerte comprobaron los soldados romanos «expertos» en la muerte, pudiera por sí mismo desligarse del peso de las especias y los vendajes, mover la pesada piedra de cierre del sepulcro, vencer a los guardas de la tumba y luego convencer a los discípulos de que no sólo estaba vivo, sino de que era un indiscutible conquistador de la muerte. Parece muy improbable por no decir otra cosa.

3. ¿Cuál es la mejor explicación para las afirmaciones de las apariciones de Jesús resucitado?

El Nuevo Testamento afirma que Jesús resucitado fue visto durante un período de seis semanas, en al menos once ocasiones diferentes y por al menos 550 personas, muchas de las cuales estaban todavía vivas cuando Pablo escribió la Primera Carta a los Corintios. ¿Va a ser descartada su evidencia como simples alucinaciones, o se encontraron realmente con Jesús?

4. ¿Cuál es la mejor explicación del crecimiento de la iglesia?

Toda la evidencia de los evangelios es que los discípulos estaban asustados y confusos después de la muerte de Jesús. Ellos no esperaban la resurrección y aun dudaron de los primeros informes de la tumba vacía. ¿Qué los transformó en los leones rugientes que predicaron y murieron por Jesús resucitado? ¿Y qué decir del testimonio de los millones de cristianos a lo largo de cerca de 2.000 años, que en su propia experiencia se han encontrado con la realidad y la vida de Jesús?

Experimentando el milagro de la resurrección

Ninguna de estas cosas demuestra la resurrección, pero en su conjunto da, al menos, poderosa evidencia para la creencia cristiana de que Jesús resucitó al tercer día. Esa conclusión no puede imponerse a nadie. Supongo que alguien podría siempre mantener otra explicación ante toda esta evidencia, pero, ¿sería tan fuerte y tan abarcadora como esta? Basados en esta evidencia, la conclusión más razonable es que, en las palabras del teólogo Pannenberg, «la resurrección deshace nuestro punto de vista del mundo». A menudo, nuestro punto de vista es que la muerte es el fin y que no hay victoria en el amor dado desinteresadamente.

La resurrección señala hacia una realidad más profunda. Se convierte en el modelo, «los primeros frutos», de nuestra propia resurrección. También se percibe en el Nuevo Testamento que la resurrección es el resultado de una «ley» espiritual, que el amor desinteresado no puede ser retenido por la muerte: «A él, Dios le resucitó,… puesto que era imposible que él quedara detenido bajo su dominio» 2.

La evidencia está ahí para que cada persona haga su propio juicio. Una vez conversaba con un licenciado en física, quien en una forma bastante agresiva me criticaba por tener fe cristiana siendo un científico.

La conversación fue algo así: «David, como científico no deberías de tener fe sino confiar en la evidencia». ‘¿Examinaste alguna vez la credibilidad de los documentos del Nuevo Testamento?’.«No, pero estudié religión en la escuela».

«¿Consideraste alguna vez la evidencia histórica de Jesús?». ‘No, pero vi un programa en televisión que dijo que puede que él no existiera’.

«¿Has pensado en la evidencia histórica de la resurrección de Jesús, de la tumba vacía, de las apariciones y del crecimiento de la iglesia cristiana? ‘No en realidad, pero no significaría nada porque sé que los muertos no resucitan’.

«¿Has considerado alguna vez la totalidad de las implicaciones del mensaje cristiano para comprender a los individuos, la sociedad y el mundo?». ‘Por supuesto que no, no he tenido tiempo’.

«Entonces, ¿quién tiene la fe? Tus afirmaciones están basadas en premisas tan débiles que si hubieras hecho lo mismo en la ciencia no habrías llegado ni al segundo año, no digamos a la licenciatura».

Creo que fui demasiado duro con aquel joven, pero la mayoría del escepticismo sobre el cristianismo está basado en la creencia de que los cristianos no tienen evidencia. Los cristianos no tienen pruebas pero tienen evidencias. Sin embargo, en la resurrección hay más que sólo evidencia. La evidencia es una invitación a encontrarse personalmente con Jesús resucitado.

En las relaciones la evidencia vale sólo en alguna medida. Yo puedo preguntarme: «¿Me ama mi esposa?». Podré tener evidencia palpable para ayudarme a responder. Si siempre llorara y se alejara de mí cuando me viese, eso podría señalar hacia una determinada conclusión. Pero al final lo sabría únicamente involucrándome en la relación. Hacer eso requiere confiar en lo que ella dice, y el riesgo de poner mi ser en sus manos. No hay evidencia que pueda tomar el lugar de la involucración personal que se necesita para conocer a alguien.

La ciencia usa la evidencia para explorar el universo impersonal, pero la evidencia de la resurrección afirma que el Dios personal ha actuado en este universo y que hoy puede conocerse a Jesucristo resucitado. Con todo el peso de la evidencia, la invitación de la Biblia es a participar en una relación personal parte de la cual requiere arriesgarse y confiar. Mi propia vida ha sido transformada por esta relación con Jesús resucitado. Como para millones de cristianos en todo el mundo, es esta relación la que me da esperanza para el futuro y poder para el presente.

Verdad y Vida ha publicado un interesante folleto titulado ¡Ha resucitado! que profundiza en la realidad de la resurrección de Jesús, el centro de la fe cristiana. Puedes bajarlo e imprimirlo gratuitamente de su página web: www.comuniondelagracia.es, (pinchando aquí) o si no tienes acceso a Internet te lo enviarán con mucho gusto, gratuitamente, si lo solicitas llamando a algunos de los teléfonos o escribiendo a su dirección postal en “Contracto”. Por supuesto, agradecerán con profunda gratitud un donativo voluntario de tu parte para cubrir los gastos de impresión, embolsado y envío. Verdad y Vida carece de recursos propios, y los donativos voluntarios de los lectores son muy importantes para que pueda seguir publicándose. Como científico, considero que la resurrección aporta muy buena evidencia de su verdad. Pero la resurrección de Jesús no es una exploración de una realidad física impersonal sino de un Dios personal. David Jenkins dijo: «Dios no es un objeto de investigación crítica. Él es el sujeto de fe y esperanza, de obediencia y amor». Ese es el verdadero desafío del milagro de la resurrección.

1 1Corintios 15:1-8

2 Hechos 2:24

David Wilkinson es doctor en astrofísica teórica, miembro de la Royal Astronomical Society, de Cristianos Apologetas y Director asociado del Centro de Comunicación Cristiana de la Facultad Saint Johns de la Universidad de Durham.

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